Maria Cosmes. El Tejedor
       

 


El tejedor (2010), performance realizada conjuntamente con Saverio Longo, se inspira en el bondage y utiliza citas musicales como “materiales culturales”. Es una performance en tres partes. La primera fue grabada en un espacio cerrado y muestra el proceso de construcción del vestido de cuerdas. Este vídeo se proyecta al inicio de la performance en vivo antes de que Saverio y Maria aparezcan, ella con el vestido de cuerdas, los brazos inmovilizados y los pechos al aire, él impecable con su camisa blanca. Después del baile de apertura que ambos realizan, un vals, como si de una boda se tratara, Maria se queda inmóvil en medio de la sala como las muñecas de las cajas de música para que los asistentes al acto bailen con ella al son de la música que inunda el lugar. La elección de las canciones no es tampoco casual, las letras hablan siempre de relaciones entre mujeres y hombres, unas románticas, otras sobre mujeres fatales, otras de amores que matan. La imagen de Maria inmovilizada generó lecturas encontradas entre el público, desde la repulsión -por la imagen de dominación y sumisión que parecen transmitir-, hasta otras de carácter sexual e incluso feministas. Este juego de múltiples lecturas no es ajeno a la intención de Maria, ya que si bien su obra no pretende buscar la provocación, tampoco quiere hacer concesión alguna en aras del máximo rigor y coherencia. Para ella, este trabajo, como todos los suyos, genera preguntas sin dar ninguna respuesta; quien encuentra alguna es la suya. Para Maria, al contrario, en cada obra le asaltan nuevas cuestiones, que le generan aun más desasosiego, que la acción logra mitigar solo en parte. Al final de la performance Saverio libera delicadamente a Maria de las cuerdas y la ropa y, más tarde, de la peluca que le cubre la cabeza, momento en el cual ella confiesa sentirse -por vez primera- absolutamente desnuda. En esta última parte hay un juego a tres entre Maria, Saverio y las cuerdas, en el que cada uno de ellos desempeña un papel muy especial. Las cuerdas conservan en todo momento el contacto entre ambos performers, mantener su tensión es imprescindible para no romper abruptamente la relación de entrega y cuidado que se ha establecido entre ellos y van desvelando poco a poco las marcas que han dejado en el cuerpo de Maria. La atenta mirada de Saverio vigila cualquier señal sobre el estado de ese ser que le ha sido confiado en custodia, mientras que la expresión de Maria es de una belleza sobrecogedora, no inexpresiva o de resignación, al contrario, de éxtasis 8.


Carlos Pina
Comisario independiente
director de eBent, festival internacional de performance de Barcelona (2003-2010)
febrero 2013


8 El éxtasis significa estar «fuera de sí», como la señala la etimología griega: acción de salirse de su posición (stasis).Estar fuera de sí» no significa que se este fuera del momento presente como lo está un soñador que se escapa hacia el pasado o hacia el porvenir. Exactamente lo contrario: el éxtasis es una identificación absoluta con el instante presente, un olvido total del pasado y del porvenir. Si se borra tanto el porvenir como el pasado, el segundo presente se encuentra en el espacio vacío, fuera de la vida y de su cronología, fuera del tiempo e independiente de él (por eso puede comparársele con la eternidad, que es también la negación del tiempo). ” Milan Kundera, Los testamentos traicionados”.